La ciberresiliencia es un enfoque que amplía las estrategias de ciberseguridad tradicionales de una organización, añadiendo las capacidades de resistencia y evolución a las de prevención y recuperación.
Ciberresiliencia: Qué es
La ciberresiliencia es un concepto clave en el sector de la ciberseguridad del que todo el mundo habla ahora.
Pero, ¿qué es la ciberresiliencia y por qué es tan importante?
La ciberresiliencia es la capacidad de un sistema u organización para anticipar, resistir, recuperarse y evolucionar en caso de ciberataques o condiciones adversas que impidan el normal funcionamiento en el entorno digital.
Es un concepto que va más allá del enfoque tradicional de la ciberseguridad, centrado en proteger a los sistemas, redes y datos de ataques. La ciberresiliencia implica estar preparado para anular o minimizar daños, mantener la actividad en caso de cualquier ciberataque o incidente y aprender para reforzarse.
La ciberresiliencia es crucial para las organizaciones porque las medidas de ciberseguridad tradicionales ya no son suficientes para garantizar la seguridad de los datos, el correcto funcionamiento de la infraestructura y la continuidad de la actividad empresarial. Para cualquier organización, es fundamental poder evitar y contener los ataques, responder adecuadamente y recuperarse lo antes posible.
Una estrategia de ciberresiliencia bien implementada ayuda a proteger a una empresa a través de cuatro pilares:
- Anticipación: localizar vulnerabilidades y amenazas para anularlas o conocerlas para estar preparados cuando sean utilizadas.
- Resistencia: resistir los ataques y minimizar los daños, gracias a la anticipación.
- Recuperación: recuperarse lo antes posible, manteniendo en todo momento la actividad.
- Evolución: mejorar de forma continua las capacidades de prevenir y sobreponerse ante ataques.
La ciberresiliencia implica tener las herramientas, soluciones y sistemas más evolucionados y adecuados para protegerse contra las ciberamenazas. Además, también exige adaptar los procesos corporativos a este enfoque y formar adecuadamente a las personas.
Esto incluye implementar una estrategia de localización continua de vulnerabilidades, planes de respuesta y recuperación de incidentes, pruebas regulares de seguridad y un equipo de ciberseguridad capacitado y listo para responder.
Diferencias entre ciberseguridad y ciberresiliencia
La ciberseguridad y la ciberresiliencia son dos conceptos fundamentales y complementarios en el ámbito de la seguridad de la información, pero tienen algunas diferencias significativas de partida.
La ciberseguridad se enfoca en la prevención y la protección, mientras que la ciberresiliencia lo hace en la adaptación y la evolución. La ciberseguridad es el requisito previo para que exista ciberresiliencia, que emerge, así, como una ampliación del alcance del concepto de ciberseguridad.
La ciberseguridad se centra en la prevención de los ataques, utilizando tecnologías y prácticas para proteger los activos digitales de una empresa. Implica mantener sistemas actualizados, formar a empleados en mejores prácticas e invertir en soluciones y tecnologías adecuadas para localizar vulnerabilidades y prevenir ataques antes de que se produzcan o minimizar el daño causado.
En cambio, la ciberresiliencia se construye desde la base de que no todos los ciberataques pueden prevenirse y se centra en la capacidad de una organización para adaptarse y aprender de estos. La ciberresiliencia va más allá de la capacidad de recuperarse de un ataque, también implica la capacidad de continuar operando durante un ataque y minimizar su impacto en las operaciones comerciales.
Si quieres adquirir más conocimiento sobre ciberseguridad, accede a nuestra publicación→ Las 5 tendencias de ciberseguridad que debes conocer.
¿Por qué es importante la ciberresiliencia para las empresas?
En la actualidad, la ciberresiliencia se ha convertido en un componente esencial de la sostenibilidad del negocio a corto y medio plazo, gracias a los beneficios que conlleva:
Aumento de la ventaja competitiva
La ciberresiliencia mejora la confianza de los clientes y socios, fortaleciendo la reputación de la empresa. Además, una empresa ciberresiliente puede innovar y adaptarse rápidamente a los cambios del mercado, aprovechando las oportunidades digitales de manera segura.
La ciberresiliencia es una ventaja competitiva duradera que se mantiene en el tiempo y se ajusta a los cambios constantes en el panorama de ciberamenazas.
Disminución de pérdidas financieras
La ciberresiliencia ayuda a las empresas a minimizar las pérdidas financieras asociadas con los ciberataques. Al resistir eficazmente los ataques, las empresas evitan costes significativos relacionados con la interrupción de las operaciones, la pérdida de datos y las multas por incumplimiento normativo.
Además, la recuperación rápida de un ataque reduce el tiempo de inactividad, limitando las pérdidas de ingresos, a la vez que disminuye los costes a largo plazo al prevenir daños por pérdida de clientes. De esta forma, mientras que el coste medio de un ciberataque exitoso aumenta cada año, las empresas ciberresilientes consiguen reducir significativamente esta cantidad.
Cumplimiento de requisitos legales y reglamentarios
La ciberresiliencia ayuda a las organizaciones en el cumplimiento de normativas de ciberseguridad nacionales e internacionales, tales como la Directiva de Redes y Sistemas de Información (NIS) o el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD).
Las organizaciones que implementan prácticas de ciberresiliencia pueden demostrar a los reguladores que están tomando medidas proactivas para proteger los datos y sistemas críticos. Esto ayuda a evitar multas y sanciones que resulten de incumplimientos normativos.
Protección de la reputación
La ciberresiliencia juega un papel crucial en la protección de la reputación de las empresas. En un mercado digitalizado, un solo incidente de seguridad puede causar un daño significativo a la reputación de una empresa y producir la pérdida de confianza de los clientes y socios.
Al ser ciberresilientes, las empresas demuestran su compromiso con la seguridad, lo que fortalece su reputación y confiabilidad. Además, al minimizar el impacto de los ciberataques, la ciberresiliencia previene la publicidad negativa y ayuda a mantener la confianza de los stakeholders.
Características de una empresa ciberresilente
Las empresas ciberresilientes comparten una serie de características asociadas a las capacidades de adaptación y aprendizaje ante los ciberataques:
Posicionamiento dinámico
El posicionamiento dinámico permite a las empresas adaptarse a las nuevas amenazas, aprender de los incidentes de seguridad y mejorar continuamente sus defensas.
Implica la capacidad de anticipar, resistir y recuperarse de ataques cibernéticos y otros eventos críticos.
En un entorno digital en constante evolución, las ciberamenazas cambian y se adaptan rápidamente. Por lo tanto, las empresas deben ser capaces de ajustar su postura de seguridad de manera dinámica para enfrentar estos desafíos.
Esto se logra mediante la implementación de estrategias de seguridad integral, monitoreo continuo y capacitación del personal. Las empresas ciberresilientes también deben ser capaces de adaptarse a las nuevas tácticas de los ciberdelincuentes y mantenerse al día con las últimas tecnologías y normas de seguridad.
Además, deben tener planes de contingencia y recuperación efectivos para minimizar los daños y mantener la confianza de los clientes.
Monitorización analítica
Las empresas ciberresilientes conocen la necesidad de detectar y responder a las amenazas de manera oportuna.
La monitorización analítica permite a estas empresas recopilar, procesar y analizar grandes volúmenes de datos de seguridad en tiempo real. Esto proporciona una visibilidad completa de las diferentes superficies de ataque y permite la detección temprana de vulnerabilidades y actividades sospechosas o anómalas.
Esta visibilidad se logra mediante la implementación de herramientas y sistemas para monitorizar amenazas potenciales y vulnerabilidades. La monitorización analítica es crucial para identificar y responder a incidentes cibernéticos de manera eficiente.
Además, permite a las empresas ciberresilientes anticipar y prevenir ataques, minimizando el impacto de los incidentes y protegiendo sus activos críticos. La monitorización analítica también ayuda a mejorar la capacidad de respuesta y recuperación.
La monitorización analítica continua de las diferentes superficies de ataque ofrece beneficios adicionales que van más allá de la simple detección de incidentes:
- Mejora de la capacidad de detección: maximiza la capacidad de detectar posibles condiciones adversas y revelar el alcance de las condiciones adversas. Esto permite una respuesta más efectiva y rápida a los incidentes.
- Anticipación de ataques: ayuda a anticipar y prevenir ciberataques, reduciendo significativamente las pérdidas financieras y reputacionales.
- Mejora de la seguridad del sistema: además de ayudar a responder a un ataque y sobrevivir rápidamente, también sirve para desarrollar y diseñar estrategias de protección.
- Reducción de las probabilidades de recibir un ciberataque: reduce las probabilidades de ser víctima de un ciberataque, ya que permite identificar y contener posibles amenazas antes de que se materialicen.
- Mejora de la capacidad de respuesta: mejora la capacidad de respuesta a los incidentes, permitiendo una recuperación más rápida y efectiva.
- Mejora de la colaboración: facilita la colaboración entre diferentes departamentos y con las terceras partes, lo que es esencial para una estrategia de ciberresiliencia efectiva.
Prácticas y políticas de ciberseguridad
Las prácticas y políticas de ciberseguridad fortalecidas son una característica fundamental de una empresa ciberresiliente. Estas políticas definen las reglas y procedimientos que la organización sigue para protegerse contra las amenazas cibernéticas y responder eficazmente cuando se producen incidentes de seguridad.
Esto implica tener medidas de seguridad robustas, como el uso de contraseñas complejas, la implementación de autenticación multifactor y la actualización regular de software y sistemas.
Además, la organización debe contar con políticas claras sobre el uso de dispositivos y redes. También ha de proporcionar capacitación continua para los empleados sobre mejores prácticas de ciberseguridad. Estas medidas ayudan a prevenir y mitigar los ciberataques, reduciendo la vulnerabilidad de la organización. Asimismo, una cultura organizacional que prioriza la ciberseguridad es crucial, donde todos los miembros de la empresa se comprometen a seguir los protocolos establecidos.
Medidas de protección integral
Estas medidas engloban una variedad de estrategias y tecnologías diseñadas y combinadas para proteger todos los aspectos de la infraestructura digital de una empresa y controlar las diferentes superficies de ataque.
Abarcan soluciones de monitorización y análisis para detectar y responder rápidamente a incidentes cibernéticos. Incluyen la seguridad física, como el control de acceso a los centros de datos. También, la seguridad digital, como el uso de firewalls, sistemas de detección de intrusiones y software antivirus.
Además, incluyen la protección de datos, como el cifrado y la gestión de claves, y la seguridad de las aplicaciones, como la revisión de código y las pruebas de penetración.
Por último, las medidas de protección integral también implican la preparación para incidentes, como la planificación de la respuesta a incidentes y la recuperación ante desastres.
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